Frente a ella, la gigantesca torre mágica de naipes, comenzó a escalarla, piso por piso, nivel por nivel, cuanto más subía, mayor era su agotamiento, pero siempre siguió, nunca claudicó, y cuando llego a la cima, se sentó bajo el último y más alto triángulo de la torre, miró al horizonte, respiro profundo y relajó su cansancio, en ese preciso momento comprendió que había aprendido a volar.
Tengo la ocurrencia de ir por el camino más largo, para ver que pasa cuando este en el medio, con seguridad existen lugares mejor que este, mientras más largo sea el camino, mejor, asi tengo tiempo para equivocarme... y disfrutar de mis errores...
miércoles, enero 18, 2006
Tarot
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