jueves, junio 15, 2006

Me Arrendé…¡y que! .


El siguiente texto es una reflexión de un hermano y compañero de toda la vida. Quisiera dejarla acá para compartirla y conservarla









Me Arrendé…¡y que! .

Por Crisitan Olave


“ Hago lo que puedo para ver desde afuera.
A los veintinueve quien no es frágil, doliente
cínico y valiente ”
Henríquez y Lindl.
Grupo Rock; Los Tres.
Canción ; La feria verdadera
Álbum; La sangre en el cuerpo. 2000.



A primera instancia la proposición de realizar una redacción con un tema libre fue terriblemente atractiva, tenía un torbellino de ideas a plasmar en el papel, consideraba incluso hasta fácil el desafío, hoy llega apresuradamente el momento de concretarlo y ya la confianza no es la misma, incluso existen dejos de preocupación. Dentro de aquel torbellino de ideas, surgían temas como “ La Depresión ”, “ El Rock Chileno Contemporáneo”, “ Literatura ”, “ El Cine Chileno ” , en fin… ahora, luego de un análisis convenientemente realizado, concluí que lo mejor sería citar mi experiencia personal, sin menospreciar, claro está, mi interés e influencia por un agente externo, la última película Chilena que ví, que coincidentemente, para aumentar mi deleite, es dirigida por mi escritor de culto, o sea, Alberto Fuguet, me refiero a “ SE ARRIENDA ”, cuyo subtítulo; “ Bienvenido al Sistema ” fue un balde de agua fría, ya que en más de alguna ocasión creí que nunca pertenecería al vapuleado sistema. En aquel entonces era el exclusivo dueño de un mundo intelectual, irónico y austero, donde no existían las burguesas necesidades de un automóvil, cuenta corriente, tarjetas de crédito, computador, casa propia, temor a la inestabilidad laboral, etc.
Hoy realizo la misma pregunta que murmuro mi esposa sobre el personaje que interpreta Cruz Coke…¿ Quien se cree ese gallo ? , aclaro… ¿quien me creía yo para pensar eso?, acaso tenía el poder para resistir a todos aquellos estímulos que mis contemporáneos empezaban a aceptar. No puedo olvidar aquel amigo de mil batallas, al cual aún admiro, cuando me reprochó con la mejor de las intenciones, el hecho de no tener cuenta corriente ni tarjeta para el cajero automático, que incluso era todo más ordenado y fluido, asevero inocentemente.
En este momento estoy en frente de un computador encendido, tengo cuenta corriente, tarjetas de crédito y de redbanc, automóvil, casa propia y agobiantes deudas, es decir, ¡me arrendé!, formo parte del sistema.
Sin embargo , recuerdo la risa de mi hija Eleonora que a sus cuatro años junto a la suavidad de mi mujer, que me ama, son el aval perfecto para concluir que tengo recursos suficientes para pagar el arriendo.