lunes, junio 08, 2009

Rayuela


V v/s V
Cargado originalmente por charlancastor
Leí Rayuela hace unas semanas solamente, no hace 20 años en los años del liceo, como muchos de mi generación, me acuerdo que a algunos cursos les pidieron que lo leyeran, a mi no, pero como ya había leído varios textos de Julio Cortazar, siempre me intrigó leer su más famosa novela, la veía como su más grande obra y no la había leído.
Así que la agarré desde bibliometro un día como tantos en frente a la ventanilla preguntando si es que la tenían, me costó mucho encontrarla, creo que a pesar del olvido en que me parece que se encuentra el argentino, es un clásico y los lectores la siguen disfrutando. Por fin la encontré y no la solté más, fue un esperado encuentro y no me decepcionó, al contrario, quedé pegado a su difícil lectura, a su magnifica forma de atrapar al que lee, haciéndolo elegir la forma de acercarse.
No voy a escribir de la novela en si, por que sería muy pretensioso. Quiero contarles a raíz de que la rayuela juega un rol mas que importante en la novela, imprescindible diría yo, que acá en Chile, en los pueblos de provincias, los niños jugábamos rayuela también, no le llamábamos rayuela, por que Rayuela era el juego de hombres adultos al lado de una pichanga o comilona llamado también Tejo (gran juego que asimismo merece un recuerdo en alguna otra ocasión), pero si la jugábamos, y para nosotros se denominaba "El Luche". Era un juego que a simple vista parecía un juego de niñas, pero cuando lo jugabas requería tanta destreza que también fue un juego de niños por la habilidad que se necesitaba para jugarlo. En mi población, en realidad, en la población de mis abuelas, donde yo me crié en Linares, en un pasaje llamado Doctor Ferrada, la vereda estaba echa de pastelones cuadrados de cemento, como de un metro por lado, allí dibujábamos con tiza la cancha para jugar, dividíamos cuatro cuadrados de cemento con una línea vertical donde por el lado derecho numerábamos desde el 1 al 4 y por el lado izquierdo del 9 hasta el 6, el cinco estaba dado por el cuadrado completo que estaba arriba del cuadrado 6-4, se jugaba con una piedra o un objeto pesado para ir tirándolo en cada cuadro numerado según correspondiera, pero nunca era mejor que cuando se preparaba un tarro chico de pasta de zapatos con tierra, ese era el implemento justo para jugar. El juego era por turnos e individual, y podían jugar dos o más jugadores, cuando alguien perdía su turno retomaba el siguiente en donde había quedado en la ronda anterior. Comenzaba tirando la caja de pasta de zapatos al 1, después siempre en un pié, se debía saltar al numero 1 tomar la caja y seguir saltando por todos los números hasta llegar al final, con la salvedad de que en el 5 se podía descansar, es decir, pararse en los dos pies. Luego esto se repetía con el número 2, y así con todos los números. Cuando se terminaba la vuelta hasta el número 9, había que empezar de nuevo con el 1, pero ahora no tomabas la caja, si no que la arrastrabas con el pié de apoyo de un número a otro, hasta llegar al final y haber lanzado la caja a todos los números. Básicamente era eso y a cada vuelta se le añadía una dificultad, para hacer el juego interminable. Deben creer que era un juego muy entretenido, ágil y no poco difícil de realizar.